Salmo 69 Completo con Explicación Salmo de Hoy
Salmo 69 Completo con Explicación Salmo de Hoy

Salmo 69 Completo y Con Explicación

Introducción al Salmo 69

El Salmo 69, atribuido a David, es uno de los lamentos individuales más intensos y conmovedores del Salterio. Clasificado entre los Salmos de Súplica, este texto clama por ayuda desde lo profundo de la angustia, utilizando la metáfora de "aguas que han entrado hasta el alma" (v. 1) y el hundimiento en el cieno. Su tema central es el sufrimiento del justo, que padece no solo por sus propios errores, sino también por el celo que siente por la causa de Dios, lo cual lo hace objeto de burla y persecución. Teológicamente, este Salmo posee un profundo significado mesiánico, pues varios de sus versículos son citados en el Nuevo Testamento para describir los sufrimientos de Cristo, incluyendo el celo por la casa de Dios (Juan 2:17) y el recibir hiel y vinagre (Juan 19:28-29).

Salmo 69 Completo

1.Al Músico principal; sobre Lirios.

2.Salmo de David.

3.1 Sálvame, oh Dios, porque las aguas han entrado hasta el alma.

4.2 Estoy hundido en cieno profundo, donde no puedo hacer pie;

5.He venido a abismos de aguas, y la corriente me ha anegado.

6.3 Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido;

7.Han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios.

8.4 Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza los que me aborrecen sin causa;

9.Se han hecho fuertes mis enemigos, los que me destruyen sin por qué;

10.¿Y he de pagar lo que no robé?

11.5 Dios, tú sabes mi locura, y mis pecados no te son ocultos.

12.6 No sean avergonzados por causa mía los que en ti esperan, oh Señor Jehová de los ejércitos;

13.No sean confundidos por mí los que te buscan, oh Dios de Israel.

14.7 Porque por amor de ti he sufrido afrenta;

15.Confusión ha cubierto mi rostro.

16.8 Extraño he sido para mis hermanos, y desconocido para los hijos de mi madre.

17.9 Porque me consumió el celo de tu casa;

18.Y las afrentas de los que te vituperaban cayeron sobre mí.

19.10 Lloré afligiendo con ayuno mi alma,

20.Y esto me ha sido por afrenta.

21.11 Puse además cilicio como mi vestido,

22.Y vine a serles por proverbio.

23.12 Hablaban contra mí los que se sentaban a la puerta,

24.Y me zaherían en sus canciones los bebedores de sidra.

25.13 Pero yo a ti oraba, oh Jehová, al tiempo de tu buena voluntad;

26.Oh Dios, por la abundancia de tu misericordia, escúchame en la verdad de tu salvación.

27.14 Sácame del lodo, y no sea yo sumergido;

28.Sea yo libertado de los que me aborrecen, y de las aguas profundas.

29.15 No me anegue la corriente de las aguas,

30.Ni me trague el abismo, ni el pozo cierre sobre mí su boca.

31.16 Respóndeme, oh Jehová, porque benigna es tu misericordia;

32.Vuélvete a mí conforme a la multitud de tus piedades.

33.17 No escondas de tu siervo tu rostro, porque estoy angustiado; apresúrate a responderme.

34.18 Acércate a mi alma, redímela;

35.Líbrame a causa de mis enemigos.

36.19 Tú sabes mi afrenta, mi confusión y mi oprobio;

37.Delante de ti están todos mis angustiadores.

38.20 El escarnio ha quebrantado mi corazón, y estoy acongojado.

39.Esperé quien se compadeciese de mí, y no lo hubo;

40.Y consoladores, y ninguno hallé.

41.21 Me pusieron además hiel por comida, y en mi sed me dieron a beber vinagre.

42.22 Sea su mesa delante de ellos por lazo, y lo que es para bien por tropiezo.

43.23 Sean oscurecidos sus ojos para que no vean, y haz temblar continuamente sus lomos.

44.24 Derrama sobre ellos tu indignación, y el furor de tu ira los alcance.

45.25 Sea su palacio asolado;

46.En sus tiendas no haya morador.

47.26 Porque persiguen al que tú heriste, y cuentan el dolor de los que tú llagaste.

48.27 Pon maldad sobre su maldad, y no entren en tu justicia.

49.28 Sean raídos del libro de los vivientes, y no sean inscritos con los justos.

50.29 Pero yo estoy afligido y menesteroso;

51.Tu salvación, oh Dios, me ponga en alto.

52.30 Alabaré yo el nombre de Dios con cántico,

53.Con acción de gracias lo exaltaré.

54.31 Y agradará a Jehová más que el buey, o becerro que tiene cuernos y pezuñas.

55.32 Lo verán los oprimidos, y se gozarán.

56.Buscad a Dios, y vivirá vuestro corazón.

57.33 Porque Jehová oye a los menesterosos,

58.Y no menosprecia a sus prisioneros.

59.34 Alábenle los cielos y la tierra, los mares, y todo lo que en ellos se mueve.

60.35 Porque Dios salvará a Sion, y reedificará las ciudades de Judá;

61.Y habitarán allí, y la poseerán.

62.36 La descendencia de sus siervos la heredará, y los que aman su nombre habitarán en ella.

Explicación del Salmo 69

El Salmo 69 se desarrolla como un diálogo intenso entre el hombre que sufre y Dios. I. Clamor y Angustia Insuperable (v. 1-4): David describe su dolor físico y emocional con la imagen de estar a punto de ahogarse, simbolizando la total incapacidad humana ante la adversidad. Sus enemigos son innumerables y lo atacan sin razón, pidiendo que pague por ofensas que no cometió (v. 4). Esta sección establece la injusticia de su sufrimiento. II. El Costo del Celo Devocional (v. 5-12): El salmista reconoce su 'locura' o faltas (v. 5), pero aclara que su mayor sufrimiento proviene de su devoción a Dios. El celo por el templo o la causa de Dios lo ha consumido y ha atraído el vituperio de los impíos (v. 9). Los versículos 7-12 muestran cómo su piedad lo ha aislado de su propia familia y lo ha convertido en objeto de burla pública, cumpliéndose proféticamente en Jesús (Juan 2:17, Romanos 15:3). III. Oración por Rescate y Queja (v. 13-21): El tono cambia a una súplica ferviente basada en la misericordia de Dios ("tu buena voluntad", v. 13). Pide ser rescatado de las aguas y liberado de sus perseguidores. El lamento alcanza su punto más doloroso al notar que no encontró consuelo humano (v. 20). La referencia a que le dieron "hiel por comida, y en mi sed me dieron a beber vinagre" (v. 21) es una profecía directa de la crucifixión de Cristo. IV. Petición de Juicio (v. 22-28): Esta sección contiene las conocidas 'maldiciones' o imprecaciones. El salmista no busca venganza personal, sino la vindicación de la justicia divina. Pide que el bienestar de sus enemigos se convierta en su ruina y que sean excluidos del "libro de los vivientes". Esto refleja la necesidad teológica de que Dios castigue la maldad radical que persigue a los justos. V. Promesa de Alabanza y Restauración (v. 29-36): A pesar de la aflicción persistente, el Salmo concluye con una nota de esperanza. David confía en que la salvación de Dios lo elevará (v. 29) y promete una alabanza pública que será más agradable a Dios que cualquier sacrificio material (v. 30-31). El Salmo termina con una visión escatológica de la salvación de Sion, asegurando que Dios no desprecia a Sus prisioneros y que la descendencia de Sus siervos habitará la tierra prometida.

Reflexión del Salmo 69

El Salmo 69 nos ofrece una profunda lección sobre cómo manejar el sufrimiento injusto. La vida cristiana a menudo implica ser 'extraño' (v. 8) y sufrir afrenta por causa del celo que tenemos por la verdad y la santidad de Dios. En lugar de ceder al desánimo o a la represalia personal, este Salmo nos enseña a llevar nuestro dolor y nuestra confusión directamente ante el Señor, reconociendo nuestra fragilidad pero también confiando en Su fidelidad. La aplicación más poderosa se encuentra en la identificación de este dolor con Cristo. Si nuestro Señor soportó la burla, el aislamiento y la negación de consuelo por amor a Su Padre y a nosotros, podemos tomar aliento sabiendo que Él comprende nuestra agonía. Cuando nos sintamos hundidos por las "aguas" de la crítica, la enfermedad o la injusticia, nuestra respuesta debe ser doble: primero, la oración sincera y, segundo, la resolución de alabar a Dios, sabiendo que Su salvación nos pondrá en alto (v. 29). El sufrimiento por causa de la justicia no es una señal de abandono, sino una confirmación de que estamos siguiendo las pisadas de Aquel que fue consumido por el celo de la casa de Dios.

Oración Basada en el Salmo 69

Oh, Señor Jehová de los ejércitos, Tú conoces la profundidad de nuestra angustia. Las aguas de la vida nos anegan, y a veces sentimos que nos hundimos en el cieno de la desesperación. Te clamamos, al igual que David: "Sálvame, oh Dios". Si hemos sufrido afrenta por causa de Tu nombre, concédenos la fortaleza para soportar la burla, recordando el celo de Tu Hijo Jesucristo. Si nuestros corazones están quebrantados por el escarnio y la soledad, sé Tú nuestro Consolador, pues sabemos que no nos esconderás Tu rostro. Te rogamos: acércate a nuestra alma, redímela, y líbranos de quienes nos aborrecen sin causa. Con la certeza de que Tú oyes a los menesterosos, te prometemos que, cuando Tu salvación nos ponga en alto, alabaremos Tu nombre con cántico y acción de gracias. Que nuestros corazones vivan para buscarte, oh Dios de Israel. Amén.